martes, marzo 28, 2006

El traje nuevo del Dr Melendez

"El traje nuevo del emperador" es una fábula sobre las ficciones colectivas. El emperador se pasea por la ciudad vestido con un traje que no puede ver. Le han dicho que la tela solo la ven los sabios y él no se atrevió a decir que allí no veía nada. Los ricos y poderosos se inclinan ante el emperador y alaban un traje que ellos tampoco ven. Todo el mundo habla del nuevo traje del emperador que es largo o es corto, rojo o azul... nadie ha visto el dichoso traje, pero nadie se atreve a admitirlo. La estabilidad precaria de este tipo de ficciones se pone de manifiesto cuando el emperador está a la vista de todo el mundo enseñando su bonito traje y un niño se planta delante de él y dice alto y claro: "El emperador está desnudo"

Porque las ficciones colectivas son como las burbujas. Son mentiras que se mantienen por su propio prestigio, fantasmas que solo asustan si crees en ellos. Por eso los creyentes reaccionan tan mal ante la duda pues la duda misma es suficiente para disipar los mitos. En estos años hemos visto presuntos tertulianos gritando desde la televisión: "¿Que sabrá la ministra?, ¿Que sabrán los médicos?, ¿Que sabrán los escépticos?" y es que aquí solo sabe el Dr. Melendez. Ahora hemos visto escrito por su propia mano que ha estado experimentando con niños y mujeres embarazadas, que acordó con muchos de sus pacientes que dejeran la medicación. Dice una ex paciente que Melendez recomienda no decir al médico que están tomando los polvos, si esto fuera cierto sería una irresponsabilidad que podría costar vidas. ¿Como puede un médico tratar a un paciente que oculta datos vitales? Melendez no tiene la más mínima intención de parar su experimento ante la posibilidad de que sus aminoácidos puedan estar causando fallos renales.Ya empieza a parecer un villano de comic.

Los cuentos son solo eso, cuentos. Por mucho que alberguen sabiduría popular no son más que metáforas de la vida. Es por eso que no tengo la esperanza de que la inocencia de un niño o el escepticismo de un estudiante echen por tierra dos años de superstición. Pero aún así cumpliré con mi parte de la historia y les diré claramente, queridos lectores, que el Dr Meléndez está desnudo.