Un cajón de madera virtual al que se suben tres tipos (por turno riguroso, pero que a veces se echan a empujones por falta de espacio) y una becaria (que intenta subirse, pero no la dejan) para arengar, criticar y sermonear a los incautos que acierten a pasar por aquí sobre todo aquello que les molesta (o no).
En esto se convierten los niños (si, esos tan monos y tan dulces) cuando llega LA ADOLESCENCIA
ResponderEliminarEs lo que tienen las hormonas!
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