Cual príncipe renacentista, como los mecenas de las artes de antaño, como benefactor Ricardo Melchior tiene asegurado su lugar en la posteridad, pero no por obras y proyectos
cabilderos, digo... del cabildo, sino por su presencia en el arte eclesiástico, como desvela
Belén de Vil en su blog, a quien corresponde el mérito de este descubrimiento que marcará un antes y después en la historia del arte en el Barrio de los Gladiolos:
(imagen vilmente anarroseada)
No dejen de pasarse por el blog citado para comentar sobre
el angelito a la siniestra de Ricardo, que parece dejarse llevar por pasiones poco angélicas ante tanta majestad terrenal con corbata.
Por cierto, el título de la obra es "Exaltación de la Eucaristía", cuya traducción al lenguaje vulgar sería algo así como "Tormenta de hostias", supongo.
Locke y Deprofundis.