Como decían en aquella popular serie de libros de fantasía "el que esté libre de pecado..."
Vespinoza que lo de prohibir nunca le ha gustado, y eso que reconoce que tanto lo que le obligan a hacer al toro como al niño tiene lo suyo.
miércoles, marzo 03, 2010
Las costumbres de los demás
Vea usted estas dos fotos. Para algunos una de ellas constituye la esencia de la cultura de un pueblo, mientras que la otra es una salvajada que debería prohibirse.
Como decían en aquella popular serie de libros de fantasía "el que esté libre de pecado..."
Vespinoza que lo de prohibir nunca le ha gustado, y eso que reconoce que tanto lo que le obligan a hacer al toro como al niño tiene lo suyo.
Como decían en aquella popular serie de libros de fantasía "el que esté libre de pecado..."
Vespinoza que lo de prohibir nunca le ha gustado, y eso que reconoce que tanto lo que le obligan a hacer al toro como al niño tiene lo suyo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
8 comentarios:
Las dos son sofisticadas formas de control poblacional.
Cierto. Además deberían prohibir el casco en el caso de los niños, al igual que está prohibido el "afeitado" de los pitones en el caso de los toros.
No hombre, no, si el casco es para que no salpique trozos de cerebro al público, el niño se parte el cuello igualmente...
Ya me imagino las manifestaciones de grupos anti-castellers con muñecos de niños en silla de ruedas.
lo de los "castells" no deja de ser una estupidez. pero vamos, creo que hay una pequeña diferencia entre un anxeneta y un toro. uno de los dos siempre acaba muerto tras el espectaculo.
Cierto, el niño sobrevive casi todas las veces (en cambio el toro muere casi todas la veces).
Por otra parte el toro puede matar al torero que lo está maltratando, mientras que el niño unicamente puede enviar al asilo sus padres al cabo de los años.
Sr anónimo, después del espectáculo moriremos todoslos presentes.
Pues sí, deberían prohibir las dos cosas, pero ya que estamos con los toros... adelante.
Publicar un comentario