miércoles, agosto 01, 2007

El fuego eterno

Pues la cosa está que echa humo, señores. Primero en Gran Canaria y luego, como no, en Tenerife, donde siempre tienen que tener todo lo que nosotros tenemos. El caso es que el fuego, este fuego, es típicamente canario hasta en la doble capitalidad. Y es típicamente canario en las causas tanto como en los efectos. Yo no sé nada del fuego de la isla vecina, porque yo también soy canario, pero el fuego de aquí, nuestro fuego, parece haberlo iniciado una de las personas cuya misión era impedir arder el monte, es decir, un tipo tan canario como el fuego y como yo.

Me permitirán que vaya contra corriente y defienda en cierto modo a quienquiera que sea el autor de los hechos. Porque este fuego en concreto no es una catástrofe tan grande como pueda parecer por la forma en que mucha gente está reaccionando. Aquí en Las Palmas, el fuego ha arrasado un tercio de la masa forestal de la isla. Y le parece poco! dirán vds. pero es que con un poco de suerte, gran parte de esa masa forestal será de pino canario, como el fuego, el hijoputa que lo prendió y quien esto suscribe, y eso marca la diferencia. Son estas islas afortunadas en cuanto a que los pinos que las cubren tienen una resina incombustible que les permite brotar de nuevo a los pocos años de haber ardido, así que un fuego de estas características no supone, por si solo, una catastrofe irreversible sino una molestia pasajera.

Son los continuos incendios pequeños los que constituyen un problema serio al hacer que cada metro cuadrado de las islas arda al menos una vez cada cuatro o cinco años. Es esa guerra de desgaste que los canarios mantenemos con nuestro monte la que de verdad lo está agotando y acabará por quebrantarlo. El problema son esos pequeños fuegos que los canarios provocamos para que los bomberos tengan empleo, para que los ayuntamientos recalifiquen, o simplemente porque un ignorante se enfada con medio ambiente porque no le deja construir un cuarto de aperos. Esos pequeños fuegos y no los grandes son los que acabarán por quemar miles de metros cúbicos de madera ignífuga tras largos años de erosión mantenida con mimo y esfuerzo incansable por nuestro pueblo canario, desde el último de sus peones hasta el primero de sus caciques.

Lloraremos, nos tiraremos de los pelos y nos cagaremos en la madre que parió al individuo que prendió este fuego. Acudiremos a Madrid y a Bruselas para compensar las pérdidas inmediatas producidas por el fuego y nos apretaremos los cinturones para capear el temporal que va a resultar del hecho de que los alemanes están cambiando sus billetes a Canarias por causas de fuerza mayor. Pero no nos engañemos, el monte va a seguir ardiendo poquito a poco y no por que a un pirado se le vaya un fósforo de vez en cuando. El problema es estructural y los pequeños fuegos van a seguir proliferando y haciendo que los árboles se echen monte arriba hasta que no quede ni uno.

La única solución viable capaz de salvar la flora canaria es sacar de aquí a la flora o sacar a los canarios. Lo primero no es factible porque la Laurisilva no tolera los rigores del invierno continental así que habrá que proceder a lo segundo. Un servidor, como ciudadano responsable, ha decidido poner su granito de arena y se va a vivir a Alemania en Octubre. El último que apague la luz.

Demóstoles,
Tratando de lograr un post que sea a la vez apocalíptico e integrado.

12 comentarios:

Locke dijo...

Comentaría algo ingenioso, como que es posible sacar al canario de Canarias pero no al canalla de Canarias, pero hace mucho calooor...

Anónimo dijo...

Yo diría que son mejores los fuegos pequeños, que dejan un pino al lado del fuego para ir repoblando (aunque el pino canario rebrota).

Además a mayor superficie despoblada mayor peligro de erosión y pérdida del suelo.
Pero yo no soy canario...

Anónimo dijo...

Ouch! El comentario me ha quedao un poco Talibán, no era la intención...

Saludos

vespinoza dijo...

Salir del pueblo es fácil, lo dificil es que el pueblo salga de ti...

Ya te imagino haciendo "asaderos" en la selva negra, pidiendo vino azufrado en una cervecería de Munich e intentando hacer cuartos de aperos en lugares imposibles.

Anónimo dijo...

Dentro de poco habrá más altos cargos en el Gobierno de Canarias que pinos en el monte................... ¿o eso ya había pasado?

vespinoza dijo...

Los altos cargos brotan y florecen con alborozo gracias al abono "NchuPhe" rico en Nitrógeno (N) y Fósforo (P). La putasias (K) hay que añadirlas aparte

Anónimo dijo...

Yo podría hablar largo y tendido sobre le beneficio y perjucio de los incendios con conocimiento de causa, que para algo lo estudie, pero prefiero remitirme al comentario de Vespinoza, saquemos a los canallas de canarias.

Por cierto ampliando la sección de desgracias, aparecio la quinceañera muerta a pocos metros de donde la vieron la última vez.

Anónimo dijo...

¡Hola, soy un pino Canario! La verdad es que estoy quemado. No contaba con que este año me quemeran los cogollos pero ansina ha sido. Que te quemen los cogollos es doloroso, pero lo que más me irrita es que me los queme un mamífero autóctono de las islas.
¡Hijo de tus mámas de dudosa reputación! Ojalá te quemaran los cogollos a tí también.

Potosí.

Ultrawerke dijo...

Siempre pensé que mejor sería pagar pastas gansas a los guardas forestales los meses en los que el monte NO arda.

A lo mejor resulta que se ahorra dinero con eso de que no "broten" incendios... Pero... ¿Podrá el funcionario medio tirando a alto soportar la envidia resultante de que un simple guarda forestal cobre más que él los meses de verano?

¿Qué me gritan vds.? ¿Cómo? ¿Que esta idea mía tan preclara les da la impresión de que los guardianes de las masas forestales se podrían convertir en un remedo de Mafia Calabresa? ¿De las de esa que van con un fósforo en la mano a ver al consejero de turno y dicen "sotto voce": "alguien va a quemar algo... aquí huele a humo..."? (Gracias Gila).

Bueno, mientras no me arda el monte...

Ultramar desde su bunker de aperos patrimonio de la biosfera

zombi dijo...

yo sólo digo que muy bueno este artículo.

sí señor, me quito el sombrero (y sé de lo que hablo que tengo uno a lo bob dylan)

Anónimo dijo...

Yo soy canario solamente de corazón (que viene a significar que soy un envidioso y que pese a vivir en la austera meseta sueño con cardonales, laurisilvas, fayales y pinares). Soy un turista poco típico que se ha enamorado de sus islas (sus de ustedes) no por los complejos hoteleros sino por su flora y fauna (bueno, y por el helado de gofio y el mojo verde). Por eso ver esas columnas de humo desde el satélite me producen la risa floja. ¿Un tercio de la superficie forestal de Gran Canaria? Ya puede rebrotar el pino canario con especial ímpetu la próxima primavera.

Sólo quería decir que me han conmovido estas palabras, pero que lamento informar de que, como suele decirse, "en todas partes cuecen habas" y que si despoblar las zonas donde se cometen atropellos contra el patrimonio natural fuese la verdadera salida, no sólo no quedarían canarios en Canarias, sino que Grecia estaría despoblada de griegos y no quedarían portugueses en Portugal. Lo mismo podría aplicarse a madrileños, catalanes extremeños o gallegos por igual. Duele que sea en lugares de belleza incomparable, como el archipiélago de marras, pero la plaga, desgraciadamente, la llevamos dentro.

Que tengan todos un buen día en la medida de lo posible, y reciban mi más sincero pésame por la pérdida.

Ultrawerke dijo...

Totalmente de acuerdo respecto a lo de despoblar Madrid.

Citando a Forges: "Aquí [En Madrid] sobran el 90% de los demás"