lunes, marzo 13, 2006

Una de superhéroes (II)

Viene de aquí
... Nuestro héroe entra en la librería donde se ha declarado la emergencia. Una chica delgada y pálida, vestida con un vaporoso vestido negro está a punto de comprar un libro de Marvin Harris. Usando uno de sus superpoderes, la inferencia, Rubén tiene una visión del peligro inminente. Contaminada por la racionalidad y el cientificismo, la chica puede dejar de reunirse con sus amigos para hablar de la insoportable levedad del ser, la vacuidad consumista o la soledad del individuo en una sociedad deshumanizada. Podría empezar a pensar que no todos los políticos son iguales e incluso votar en las próximas elecciones. Podría empezar a hacer cosas, y las cosas son malas . Porque creer en la existencia de una realidad objetiva lleva a querer cambiarla... Dispuesto a lo que sea para zanjar la crisis, se acerca a ella con una sonrisa y mira la portada del libro con fingido desinterés. Ella le devuelve tímidamente la sonrisa y pregunta ¿Lo has leído?.
- Bueno, es la típica obra pretenciosa y pequeño-burguesa que pretende enfocar las ciencias sociales de forma científica ¿Te lo imaginas?
- Pero Marx lo hizo...
- No,no,no... No es nada de eso. Marx se adelantó a su tiempo deconstruyendo la ciencia mediante un uso magistral de la dialéctica Hegeliana. La maestría de Marx contrapone ciencia y filosofía para alcanzar una síntesis perfecta que iluminará a los intelectuales del próximo siglo permitiéndoles escapar de la explotación capitalista y del espejismo burgués de una realidad objetiva y cognoscible. Este individuo --dice mientrsa vuelve a colocar a Harris en la estantería-- pretende hacer solo eso, ciencia.
- Es asqueroso...¿Como se puede ser tan arrogante?
- No te preocupes. En esta misma sección tienen "Tristes Trópicos"...aquí está. Y no es una mala traducción. Pocos han sabido ver como Levi-Strauss la futilidad de la estéril recopilación de datos y el valor de la dialéctica como motor del universo. Toma, llévatelo y no te arrepentiras....

Cuando sale de la librería, nuestro amigo respira aliviado. Una vez más ha salvado a la ciudad y con un poco de suerte llegará a tiempo de elegir las cortinas que pondrá en su lista de bodas. Puri le recriminará que llegue corriendo y con los vaqueros arrugados. Mira como los tienes, le dirá, ¿Para eso te regalo yo unos levi's?. Y Rubén jugeteará con la chapita de nuevas generaciones y se morderá la lengua para no contarle a su media naranja el motivo de su retraso. Que tiene que andar por ahí, salvando el mundo. Pensando por nosotros y solucionando nuestros problemas. El trabajo del intelectual es sucio e ingrato, pero alguien tiene que hacerlo.


Epílogo
En la calle Serrano número 21, en el tercero Izquierda, una chica pálida y delgada suspira mirando al cielo nocturno. Ha pasado una excelente velada con sus amigos hablando sobre el genocidio cultural que supone enseñar urbanismo a los indígenas. Piensa en cierto desconocido misterioso mientras sujeta una nota que ha encontrado en un libro. Es una nota manuscrita que dice: "Cortesía de su amigo y vecino Silvio Man"

Demóstoles

1 comentario:

Locke dijo...

Oh, dios, que encantadoramente reaccionario...