lunes, noviembre 10, 2008

Pernoctando en un castillo

Parece que el duque Luitpold de Baviera heredó de su antepasado el Rey Ludwig II la pasion por la arquitectura y los castillos extravagantes. Así pues, dedico su vida a construir un gran castillo que sirviera de sede a su familia. En este proyecto se embarco con dedicacion obsesiva junto a su amigo del alma, Friedrich Attenhuber, artista, arquitecto y decorador de interiores. Attenhuber diseño el castillo y pintó los cuadros que lo adornan tomando como modelos a los jovenes de la localidad. Tan absortos estaban el duque y su amigo en esto del castillo, que olvidaron el pequeño detalle de que una dinastía requiere de vástagos. El duque Luitpold murió sin dejar descendencia.

El caso es que el castillo Ringberg acabo siendo donado a la causa de la ciencia. Hoy pertenece a la sociedad Max-Planck y está dedicado a organizar encuentros científicos. Así es como su amigo y vecino Demóstoles, originario de Ofra, ha acabado alojado en el castillo del duque Luitpold. Pasaré un par de días aqui en un retiro del departamento y luego me iré a esquiar un glaciar en Austria. No se vive mal en Europa...

Demóstoles,
Sufrido emigrante

4 comentarios:

vespinoza dijo...

Ludwig II & Friedrich Attenhuber conocidos como "Da Alegren Sodomitten" o en un aleman más académico "Der glückliche sodomites".

Locke dijo...

Dale recuerdos al Payaso Rapero ("Vivo con tu madre/en un castillo") si te lo encuentras por las escaleras.

En otro orden de cosas, recuerda: Por muy conde que sea el que te encuentres en el sótano, tú no te dejes hacer nada a menos que ponga un anillo en tu dedo primero (sabio consejo pasado de madre a hijas en ancestrales familias de taberneros).

vespinoza dijo...

Anillen con grossen pedrusquen my frrau

Anónimo dijo...

En todo caso, si te encuentras con un conde en el sótano, es mentira que los mate la luz del sol.
Ajor arriero, tus genes celtíberos te hacen inmune a sus efectos, mortíferos para cualquier centroeuropeo, muerto viviente o viviente a secas