En la consejería en la que trabajo han aparecido una serie de fotocopias pegadas en las columnas sobre la trama del 11-M y sus famosos enigmas, por esto decidí hacer un resumen en unos pocos folios (mas bien copia-pega) del genial artículo de la página
"desiertos lejanos" donde aparece completa la
descripción metodológica de la conspiranoia, en un post al que la simple calificación de brillante no le hace justicia.
Así armado con este "resumen" esperaré al lunes por la tarde (la mayoría de los funcionarios no suelen cumplir la jornada de tarde de los lunes, y los curritos que quedamos nos conocemos) para ponerlo al lado a modo de réplica (la eventualidad de mi contrato me obliga a la guerra de guerrillas).
A la espera de la llegada del día D y la hora H les copio el mencionado "resumen" que si les interesa y quieren leer completo está como les dije
aquí La lectura íntegra es más que recomendable.
1.Convencimiento previo de una verdad dogmática
(...) Su valoración de los indicios será altamente selectiva, dando una importancia extraordinaria, sobrevaluada, a aquéllos que parecen apoyar su teoría, por más tenues que éstos sean (y necesariamente son tenues, ya que si no lo fuesen la teoría conspirativa dejaría de serlo y se convertiría en una teoría seria y respetable), al tiempo que se devalúan o de plano se ignoran los que impugnan o refutan la teoría (...)
2. Valoración diferencial de indicios según su adecuación a la idea preconcebida
(...)La valoración diferencial de indicios es el núcleo de toda teoría conspirativa que se respete. Por ejemplo, digamos que estamos empeñados en demostrar que la bomba no detonada del 11-M, la famosa “mochila de Vallecas”, es en realidad un señuelo. Es importante entonces buscar cualquier nimia diferencia entre dicha mochila y lo que se sabe sobre las bombas que sí estallaron, y darle la máxima importancia a dicha diferencia, mientras que se silencian las similitudes y las opiniones de los expertos que reiteradamente han dicho que están convencidos de que las bombas eran iguales. Esto se hace además invariablemente con un lenguaje emotivo, cargado de parcialidad.(...)
3. Apelación a la incredulidad respecto a la teoría “oficial” para forzar la única conclusión supuestamente posible.
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(...)La apelación a la incredulidad suele ir casi siempre acompañada de otra falacia lógica muy común: el falso dilema, que omite artificialmente, sin ningún argumento, varias de las posibles explicaciones de un hecho, a fin de eliminar todas las que no interesan al expositor. Hecho esto, se argumenta contra las alternativas sobrevivientes (típicamente sólo una) para irlas descartando una a una demostrando su falsedad, forzando así una conclusión que parece inescapable sobre la verdad de la última alternativa sobreviviente, pero que en realidad sólo lo es por la omisión a priori de otras alternativas más razonables. Un ejemplo típico: “No sé qué me preocupa más: si que no hubiera metralla en los trenes o que la hubiera y se lo hayan ocultado al juez.” Hombre, otra posibilidad, por supuesto, es que sí la hubiera y que tal extremo no se haya ocultado al juez… pero claro, esa posibilidad es poco interesante para un conspiracionista.(...)
4. Omisión de extracción de ciertas conclusiones lógicas (o más bien, ilógicas) de la teoría conspirativa, a fin de no tener que reconocer su inverosimilitud.
(...)A estas alturas, es importante que aclaremos por qué entrecomillamos “oficial”. Y es que el conspiracionista tiene que dar una razón de por qué la verdad la conoce sólo él y un selecto grupo de insobornables iniciados, por qué esa verdad no ha sido admitida públicamente por todos. Y esa razón, por supuesto, es que existe una conspiración de silencio para acallar la verdad. ¿Se explicaría de otra forma que todos menos los conspiracionistas, en el caso del 11-M, policías, guardias civiles, el juez de instrucción, los Tedax, el CNI, el gobierno, la mayoría de los medios nacionales y la totalidad de los internacionales, y millones de ciudadanos mantengamos que la verdad “oficial” es, simplemente, la verdad sin adjetivos? Ya sea por maldad o por estupidez, todos estas personas forman parte de una red cómplice de encubrimiento que conspira para que la Verdad no salga a la luz. Esta explicación tiene la enorme virtud de investir al conspiracionista de un manto de heroicidad épica: él, con los otros iniciados que sí quieren conocer la Verdad –a diferencia de nosotros– tienen la misión casi sagrada de difundir la Verdad ante todos los obstáculos que nosotros, malvados o estúpidos, pongamos en su camino(...)
5. Postulado de una conspiración de silencio para acallar la Verdad
(...)Nótese que, nuevamente, tal característica es compartida por ufólogos –el gobierno de EE.UU. sabe que existen OVNIS pero lo oculta para no causar pánico en la población– y por creacionistas (el darwinismo es una teoría pergeñada por ateos para corromper moralmente a la sociedad, y no les a esos ateos interesa que se sepa la verdad).
Cuando señalo a los conspiracionistas del 11-M que me parece sorprendente que ningún medio internacional, absolutamente ninguno, ni siquiera los de su cuerda ideológica, se han hecho ecos de las “sensacionales revelaciones” de El Mundo y Libertad Digital, y que sería bastante poco probable que absolutamente todos esos medios internacionales fueran parte de la conspiración, se me responde que desde que gobierna Zapatero España ha dejado de importar en el mundo,(...)
6. Utilización de explicaciones ad hoc para explicar lo inexplicable.
(...)Aquí llegamos a otro de los elementos más interesantes de una teoría conspiranoica: la necesidad de inventar explicaciones para cada hecho individual que no casa con la teoría. Así, cada vez que uno pone una objeción a la teoría conspirativa, los conspiracionistas tienen una explicación que no tiene nada que ver con el resto de la teoría, como se ve claramente en el caso de los periodistas extranjeros. Tales explicaciones ad hoc se van multiplicando: se nos explica que lo que todos vimos en la televisión como el suicidio de Leganés realmente no fue un suicidio, porque admitir el suicidio lleva casi necesariamente a que los que se suicidaron no eran cabezas de turco, sino terroristas. Así que hay que explicar el hecho como un asesinato encubierto, por supuesto sin tener el más mínimo indicio. Y así ad nauseam.(...)
7. Conversión de hipótesis y premisas implícitas en hechos probados y acumulación de insinuaciones.
(...)¿es posible creer que cuatro moritos pringaos hayan podido realizar este atentado?”(...)
8. Utilización de lenguaje emotivo, cargado de parcialidad, dirigido y lleno de juicios de intenciones.
(...)
a) Non sequitur o saltos lógicos a conclusiones inatingentes: Un terrorista fue encontrado bajo un colchón en Leganés, luego es muy posible que los terroristas no se suicidaran.
b) Argumentum ad verecundiam o apelación a la autoridad:”El Mundo” es un diario prestigioso que destapó lo de los GAL, no creo que se equivoque en esta ocasión.
c) Argumentum ad hominem, el ataque a la circunstancia personal del ponente y no a las ideas que expone: “usted es suciolisto, por eso dice lo que dice”; “lo que usted dice es la línea oficial de Rubalcaba”; “los suyos son peores que los míos”, etc, etc, etc. por no hablar de los arteros ataques personales contra personas como el Sr. Sánchez Manzano, a quien Del Pino acusa de mentiroso con todas sus letras.
(...)
9. Utilización de todo tipo de falacias lógicas para apoyar las tesis conspirativas.
(...)La idea de que hay una conspiración es un bálsamo instantáneo para el espíritu: evita la autocrítica (nosotros no hicimos nada mal), le da sentido a algo horrible que no parece tener sentido (la masacre del 11-M), y, sobre todo, CONFIRMA LOS PREJUICIOS. Resultado: miles de personas convencidas. Qué fácil es confundir los deseos con la realidad. Qué fácil comulgar con ruedas de molino cuando esas ruedas tienen buen sabor para nosotros.(...)
Vespinoza