Me hago eco de la petición de Vespinoza e intentaré presentar una lista de obras de entretenimiento recomendable y con unos mínimos estándares. O no y a joderse.
-
Voto a Brios. Terry Pratchett, Plaza y Janes. (De mi parte y de mi señora). Una de las mejores novelas de Pratchett, inquisitiva, feroz y muy divertida. Aunque no he leído la traducción, esta vez tengo gran confianza: Ya sólo la traducción del título me pareció genial (el original era " Jingo!", que si me hubieran preguntado hubiera dicho que se traducía "¡Santiago y cierra Ankh-Morpork!")
-Las Ovejas de Glennkill. Leonie Swann., Salamandra. De la que ya he hablado
aquí.
-El Curioso Incidente del Perro a Medianoche. Mark Haddon. Salamandra. Un cabronazo autista, admirador de Sherlock Holmes y genio de las matemáticas se empeña en descubrir la misteriosa muerte del perro de la vecina. Si no era autista era asperger, pero por ahí van los tiros. Conmovedora, inquietante, simpática y perturbadora (la descripción de los procesos mentales del protagonista parecen más dignos de una novela de Greg Egan que de un supuesto bestseller). el Sabueso de Baskerville contra la irracionalidad de la raíz cuadrada de dos.
-La solución final. Michael Chabon, Mondadori. Cortito. Emparentada ligeramente con la de arriba. Chabon, uno de esos genios de la literatura moderna, saca de su retiro de apicultor a un viejo detective para resolver el misterio del loro desaparecido de un niño judío de origen alemán. También es altamente recomendable sus
Asombrosas Aventuras de Kavalier and Clay.
-
253. Geoff Ryman. AJEC. Leída en inglés hace mucho tiempo y editada ahora. Rara de cojones, pero memorable.
-Todas las novelas del detective Charlie Parker. John Connolly. Tusquets. Desde
Todo lo que Muere a
El Ángel Negro, una curiosa saga criminal que desde un principio está imbuida de una sensibilidad de corte fantástico, gótica y escabrosa (de hecho,
El Ángel Negro abandona los disimulos y pasa casi directamente a ser una fantasía oscura) con un detective más que atormentado y una excepcional pareja de criminales como apoyo.
-
Evenmere, La Gran Mansión. James Stoddard. Bibliopolis. Uno de esos extraños libros que se disfrutan como un enano de arriba a abajo y de izquierda a derecha. Una fantasía
tan clásica que a veces supera incluso a los clásicos de los que se nutre sin ningún pudor. Desde Frank L. Baum a Chesterton pasando por Machen, Mervyn Peake y C.S. Lewis. Una joyita. De verdad.
-El año de nuestra guerra. Steph Swainston. Bibliopolis. Otra de esas obras inclasificables del estilo New Weird de fantasía (o sea, como Perdido Street Station y otras cosas de China Mieville). Resumiendo sin resumir: un drogata inmortal tiene que hacer frente a una invasión de escarabajos en nombre de su rey o pierde el puesto, la inmortalidad y la vida. Nuestro proptagonista, Cometa, tiene además la sana costumbre de meterse sobredosis porque en vez de matarlo lo que hacen es enviarlo a otro universo
todavía más raro que en el que reside habitualmente. Un libro divertido, cínico, épico a ratos e imaginativo.
-Jonathan Strange y el Señor Norrel. Susana Clarke. Salamandra. Tochazo que pasa de ser una ciertamente lenta, pero divertida, novela dieciochesca a una fantasía espectacular, llena de ironía, personajes masculinos protagonistas a cada cual más chuloputas, guerras napoleónicas cortadas por lo sano por la teletransportacion de ciudades enteras, la locura del rey Jorge y ácidos comentarios byronianos. Ah, y hadas. Esas desagradables criaturas. Agh.
Obra maestra o algo así.
Locke. Que aproveche.