martes, abril 18, 2006

Tenemos chica nueva en la oficina

Como toda institución que se precie, y nosotros no íbamos a ser menos, necesitábamos una becaria. En nuestras calenturientas mentes se fue formando la imagen de alguna atolondrada muchachuela de generosas curvas (pero sin seguridad social, sin vacaciones, sin un sueldo digno…) Así que pedimos a las candidatas una foto de cuerpo entero y un currículum vitae, finalmente y por aclamación hemos seleccionado a Noelia De Profundis.

Señoras y señores niños y niñas la increíble biografia de nuestra becaria, los nombres no han sido cambiados y no ha sido necesario dramatizar nada. Esto es una parte de la realidad más mesetaria, de la España profunda de historias de curas, boticarios y estanqueras. Las fotos las he insertado buscando el nombre del pueblo en internet, el resto lo publico tal y como me ha llegado

MI EXPERIENCIA RELIGIOSA: Parte I-Infancia y juegos

Me crié en un pequeño pueblito mesetario donde aparte de que el cura es uno de los dones del pueblo, incluyendo el médico, el maestro y el farmacéutico, pues los domingos eran especiales porque había algo distinto que hacer, que era ir a misa, ponerte el vestidito de volantes (eso significaba nada de bicicleta) y los 5 duros para chuches…

Pues en mi casa no iba nadie a misa y mi abuela me sacaba a la puerta para que la vecina me recogiera y me llevara porque yo quería ir…

En Mayo y en verano iba a las novenas por la tarde (todos los días…). Eso sí, también tenía el privilegio de conseguir las llaves de la iglesia así que empecé a descubrir otros entretenimientos eclesiásticos (referidos a la iglesia como edificio, no como asociación) en los que no era necesario ponerse de rodillas…Empezamos a hacer de la iglesia nuestro lugar de juego en invierno, cuando el frío hacía que no fuera tan divertido jugar a los clásicos en la calle.

Era muy divertido, inspeccionábamos todo. Dentro del grupo de amigos estaba el nieto del sacristán así que teníamos acceso a todo.

Nos probábamos todos los hábitos y trajes de “fiesta”, jugábamos al escondite, a asustar a alguien con el brazo de Santa Rita, que sólo sabíamos unos pocos que lo tenía suelto, nos confesábamos entre nosotros…

Recuerdo que había un cristo de esos que tienen una peluca de pelo natural que lo tenían atrás del todo y que daba un miedo…Tenía un manto de terciopelo negro que tapaba las partes flojas. Me madre juraba y perjuraba que era el único de España que tenía esculpidas sus santas partes. Así que el primer día me subí al altarcillo a levantar el faldón al cristo y ¡oh! ¡Qué sorpresa! Tenía esculpido su propio típico manto blanco. Pues por más que se lo expliqué a mi madre, ella seguía contando que ella lo había visto y que tenía sus santos órganos esculpidos. Ya se sabe que las leyendas urbanas también pueden ser rurales….

También subíamos a la torre a mirar los huecos que habían dejado las campanas, ya que tuvimos un cura del opus que, aprovechando unas pequeñas obras, dijo que se las habían llevado a limpiar y lo que hizo fue limpiar la iglesia de campanas, porque no volvimos a verlas el pelo, digo el badajo…Él se despidió un día diciendo que se iba a Sudamérica de misiones y hay quienes afirman haberlo visto sin sotana por un barrio céntrico de Madrid…

En fin!! Que como no teníamos campanas, se colocó un sistema de audio con altavoces, de esos tipo megáfono, colocados en la torre y conectados a un casete que estaba en la sacristía. Se llamaba a misa con las campanas de la catedral de Santiago de Compostela…

Uno de nuestros juegos eclesiásticos era subirnos al altar, cual escenario, y cantar canciones por el micro y un día estaba con una amiga cantando aquel maravilloso tema de Marta Sánchez: “Sola, mirando el televisor….” cuando a la media hora teníamos a todas las beatorras aporreando la puerta de la iglesia. Tardaron tanto porque casi todas estaban cojas o con problemas de movilidad…(Ya explicaré otro día el por qué Ávila y Segovia son las provincias con más cojos y mancos de España…) Obviamente el interruptor del amplificador estaba puesto en modo “calle”.

Evidentemente ese día acabaron los juegos eclesiásticos de invierno para nosotros.

Vespinoza dando paso a la becaria Noelia De Profundis

4 comentarios:

Locke dijo...

Bienvenida a bordo, Noelia. Y ya que eres la becaria, creo que voy a encargarte un trabajo de investigación sobre Perdidos...

Demóstoles dijo...

Esto si que mola. ¡Una becaria para nosotros solos! Sea vd. bienvenida señorita de profundis.

Anónimo dijo...

Me muero de ganas por saber la historia de los cojos y los mancos de Ávila y Segovia, y más después de leer un post tan divertido como este. Me ha encantado la historia y sobretodo la forma de contarla. Enhorabuena.

Anónimo dijo...

Gracias masters por vuestra bienvenida.
La historia es verídica (ya no me acuerdo de si era Santa Rita o Santa Lucía la del brazo suelto, pero alguna licencia me tenía que tomar ¿no?).
Lo de los mancos y cojos, a los hechos me remito. Pero necesito investigar un poco más para poder probar mi teoría ya que sólo tengo mi experencia personal y hace poco alguien me la echó un poco abajo.

Sr.Locke, sobre el trabajo de investigación sobre Perdidos estoy dispuesta a recibir ideas de partida, aunque ya tengo unos ligeros esbozos, en unas semanas se los haré llegar para conocer su opinión.

De momento sigo trabajando en la segunda parte de Mi experiencia religiosa: Adolescencia y virginidades.