Entre el infierno y el cielo, decía Serrat, galopando entre tinieblas. De la periferia al centro, del centro a la periferia, en el metro. El escritor ve lectores, el diputado carnaza. El mosén ve pecadores, yo veo a Gunter y al Papa, en el metro.
Porque el metro es profundo y oscuro pero algo debe tener para ir siempre tan lleno. Hasta nuestro altivo Locke se rebajó en su día a mezclarse con las masas, en el metro. El dice que iba buscando a la bella, y es una razón más respetable que muchas. Peor fue el caso de aquellos que se subieron al metro para llegar a alguna parte, mucho peor.
No entiendo como algunos le dan tanta importancia a todo este asunto, también nuestro antiguo presidente, el Sr. Aznar estuvo en el metro y aquí no ha pasado nada. Era el metro español, mucho más modesto que el alemán, claro, pero un metro a fin de cuentas. Sinuoso, seductor y oscuro. Muy oscuro. Todos los metros lo son...
Demóstoles
2 comentarios:
Joder, tío, tómate ya la medicación.
Había una peli porno de parecido título: "La bella y el del medio metro"
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