Pues eso, que si alguien tiene pensado perder su maravilloso tiempo (para el que lo aprecie) yendo a visitar la Expo de Zaragoza, sinceramente le recomiendo que se vaya de tapas y cañas por cualquier ciudad o pueblo de la zona, seguro que lo disfruta más y mejor.
Los voluntarios son incluso amables en algún caso, pero no se enteran de nada: con empeño te convencen para que te cambies de la fila donde estás haciendo cola, que está señalizada con un "Fila con entrada", porque dicen que esa es para venta de entradas, hasta que se abre la taquilla y compruebas que, evidentemente, estabas en la fila correcta y ahora te toca esperar doble de cola por haberte cambiado.
Una vez dentro, tienes que volver a hacer cola para sacar los "Fast Pass" de unos cajeros para poder acceder a los pabellones más solicitados. Si consigues sacar para el pabellón que quieres, es un milagro doraemónico, porque suelen darlo para otro distinto y tienes que convencer a alguno de los voluntarios que están ahí para que te lo cambie.
Los "Fast Pass" te dan una determinada hora de visita para un pabellón pero no puedes sacar otro distinto hasta que no has utilizado el que tienes.
Cuando sales del primer sitio que visitas, corres el riesgo de que ya estén agotados los tickets del siguiente que querías ver y coges de otro que te dan para la hora de comer, como muy pronto.
Para hacer tiempo te dedicas a visitar los que no hace falta pase. Como el de Japón, que tiene una cola de casi 30 minutos para ver una proyección de dibujos animados presentada por un machango horroroso que dura unos minutos.
Decides darte una vuelta por los pabellones que no tienen cola, pues eso, que no va nadie porque no merecen la pena, algunos son meros bazares con puestitos nada originales. El de Corea escapa, te ponen una proyección de 3D que no es nada del otro jueves pero no tienes que hacer cola y estás sentado con aire acondicionado.
A la hora de comer vas a usar tu "Fast Pass" para la Torre del Agua, y resulta que la gente está zampando (o ya se han hartado de Expo y se han pirado) y, como no hay nadie, no te piden el dichoso ticket después de tanto jaleo. El edificio muy bonito pero por dentro sólo tiene, una escultura de una gota de agua. Las escaleras mecánicas suben hasta la planta 7ª, si algún inocente decide continuar por las rampas hasta arriba del todo verá la gota desde arriba después de haber subido más de 15 plantas dando vueltas. Y la bajada toda caminando, por supuesto.
Después de eso, decides hacer cola sin el pase rápido en el "Agua Extrema" que se supone que es un simulador de catástofres como tsunamis, huracanes e inundaciones y, después de unos 45 minutos axfisiándote de calor en la cola, te dan un poncho impermeable te recuerdan que está prohibida la entrada a embarazadas, claustofóbicos, personas con vértigo o más bajos de 1,20 m. Piensas que va a ser la h*stia y que, al menos, te mojarán para refrescarte. El caso es que dura sólo unos minutos y se mueve menos que un avión de Binter en un día despejado. Estando en la primera fila no nos alcanzó ni una gota, sólo un airito que, todo sea dicho, te refrescaba un poquito.
El monotema del agua se hace un poco pesado porque te lo ponen por todos lados, se supone que sirve para concienciarte pero cuando sales de allí estás deseando coger el coche o llegar a casa para poner el aire acondicionado a tope. Toma concienciación sobre el agua y el ahorro energético...
Resumiendo, mejor visitas Zaragoza en otra época del año, ves los edificios de la Expo(hay varios interesantes arquitectónicamente) y el acuario, que además tendrá carteles explicandote qué bicho es lo que estás viendo. Y del Fluvi me ahorro los comentarios, pongo esta imagen de un grafitti robada de eresagua.com.
Deprofundis
2 comentarios:
Ja ja ja, yo la verdad tenía pensado no ir, pero después de su crónica tengo la certeza de que no voy a ir
Suscribo todo todo todo lo dicho en esta entrada... porque yo también lo sufrí!
#€%$?*$~#!!!
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