Últimamente nos la están intentando meter doblada y de través en los más diversos aspectos de la vida pública. Desglosemos, punto por punto, algunas de las intentonas más espectaculares:
1. La Cienciología aspira al estatus de religión en españa. Estado actual: hasta el fondo.
Pues me temo que esta nos la han metido: "[desde] el pasado 19 de diciembre, Justicia notificó a los cienciólogos la inscripción de su confesión en el registro español por mandato judicial, con todos los beneficios." Así que después de tanto tiempo dando la vara publicando la Dianética o las horrorosas noveluchas del fundador, ya están legalmente reconocidos y supongo que preparan sus hordas de abogados para luchar contra Xenu, hacer de todo el mundo unos buenos tetanos libres de traumas y a manifestarse en contra de la psiquiatría (sólo ellos conocen la mente humana) . Sinceramente, ya puestos a seguir una religión basada en los desvaríos de un escritor de ciencia ficción con afición a la farmacopea, preferiría mil veces hacerme de la Iglesia de PKD y retirar pellejudos.
2. Charlas de ID en las universidades españolas. Estado actual: interruptus.
Bajo el nombre de "Lo que Darwin no sabía" (que es de una ética bastante discutible, a ver si se atreven a llamarlo "lo que Jay Gould no sabía" o "lo que Dawkins no sabe"en vez de meterse con un pobre señor que ya no puede defenderse, ni que hace falta, en realidad que se defienda) los defensores del Diseño Idiosincrático (por no llamarlo otra cosa) aspiran a presentar sus argumentos teleológicos en las universidades. Las conferencias programadas se han retirado en Vigo y en León (ver Magonia, Por la boca muere el Pez, Paleofreak, Cerebros no lavados, aunque lamentablemente, eso presta fuerza al espúreo argumento de que la malvada e inmovilista ciencia oficial no quiere abrirse a la verdad y presiona para callar a los profet... digo, divulgadores. Espero ansioso una charla titulada "Lo que Pitágoras no sabía para que me expliquen que pese a todo la raíz de dos es racional, o una llamada "lo que Galileo no sabía" en defensa de la teoría heliocéntrica.
3. Un himno con letra. Estado: en marcha, pero van corriendo a buscar vaselina ante la resistencia encontrada.
Pues nos quieren meter una letra para el himno nacional, cosa que de por sí ya me parece poco afortunada (teniendo en cuanta que era algo que lo distinguía de las demás), por no mencionar que por mucho que se empeñen no lo vamos a cantar como si fuera la Marsellesa. Pero lo que realmente me fastidia no es la letra, sino que la zarpa de la SGAE esté metida en medio. ¿Que hace una sociedad de ciudadanos particulares mediando en la representación de algo que atañe a todos los ciudadanos? Por no hablar del COE.
Supongo que el objetivo es poder hacer algo así:
4. Rajoy promete un Ministerio de la Familia. Estado: se insinúa en el roce.
Pues eso no es nada. Lo supero en un plis-plas. Os prometo que si gano las elecciones monto un Ministerio del Amor (Minimor) que os cagáis por las patas pabajo. O mejor, uno de la Verdad y así no habrá que hacerle caso a ningún medio y todos contentos.
Locke con la espalda pegada a la pared.
2 comentarios:
Justo en el Minimor pensé yo la primera vez que oí lo del Minimilia...
Yo si la letra del himno no habla de matar a las mujeres y violar a los caballos del enemigo. NO ME MOLA.
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