Decepcionante Calderón.

En un descuído de mi psiquiatra he contactado con nuestro corresponsal en el siglo XVII , el crítico teatral Corifeo del Toboso que nos ha preparado una crónica sobre el último estreno de su marco espacio-temporal, "La vida es Sueño" de Pedro Calderón de la Barca.

Nos encontramos ante otro producto pseudo-cultural pensado para la masa mediocre. Calderón de la Barca, ese bardo del régimen, vuelve a vender su arte a los poderosos en uno de sus trabajos más flojos. De todos es sabido que este Autor, que en su día apuntó maneras, se ha vendido por completo al complejo Artesano-militar español y anda tan ocupado adulando a la monarquía que ha dejado de hacer teatro.

En este plagio de "Edipo Rey", este necio juntaletras no ha tenido pudor en torturar la obra del gran Sófocles hasta convertirla en una porquería comercial capaz de ofender a todo espectador mínimamente culto. Tras un arranque tan manido como el del rey al que se profetizan grandes desastres por culpa de su hijo, el autor pasa a un largo y tedioso viaje a ninguna parte para acabar en discusiones intrascendentes sobre el sentido de la vida. El Segismundo de Calderón no tiene la fuerza de Edipo, a quien mas que imitar parodia. El verso es facilón y la historia ha sido edulcorada hasta la nausea para un público de borregos bienpensantes. Ha desaparecido toda la dureza del texto original. En esta mala copia se ha eliminado toda referencia al incesto o infanticidio. El rey pusilánime de calderón se limita a encerrar a su hijo para que este pueda soltar una soporífera parrafada en el presunto momento cumbre de la obra. Todo esto se ve agravado porque Calderón, en un afán simplificador, elimina personajes clave, como la esfinge, y la obra queda coja. Por supuesto, no falta el final feliz. Otro producto fallido que recaudará en taquilla para caer después en el olvido. No se molesten.

Menos mal que en su marco espacio-temporal no existe Matrix.

Demóstoles