Tnego un diccionario de la RAE. Me lo trajeron unos reyes para que me hiciera compañía y ya lleva más de una década conmigo. Todos mis amigos tienen ya la vigésimo segunda edición y al mío lo miran raro, como con pena. Es más, algunos han ido a por la parejita y han apadrinado un panhispánico de dudas, pero yo soy felíz con mi viejo diccionario de siempre aunque no sepa lo que es un cederrón. Son muchos años juntos y cada uno se ha acostumbrado a las manías del otro. Él transige con mi falta de acentos y yo le perdono que confunda a la alcaldesa con la mujer del alcalde. Los dos estamos mayores para cambiar, y lo sabemos. Doce años son muchos para un diccionario aunque él no lo quiera admitir. Se sigue escapando a la calle, a correrse sus juergas como hacía de era joven, pero ya no es una última edición y ha dejado de ser el rey del barrio. Cada vez vuelve más machacado de las peleas y las enciclopedias ya no responden como antes a sus aullidos de celo. Por más que se acicale y por mucho que gruña, este ya no es su mundo y se nota. ¿Y por qué les cuento todo esto? se preguntarán vds. Pues ando preocupado de un tiempo a esta parte porque las calles ya no son seguras para un diccionario viejito. Ante la pasividad municipal, se están llenando de guías telefónicas asilvestradas y periodistas ávidos de sangre que pasean por ahí, sin bozal ni nada.
Esta mañana me despertaron los aullidos lastimeros de mi pobre dicionario mientras se lamía las peores heridas que le he visto jamás. Supongo que no soy imparcial, que tiro a proteger a mi mascota. También reconozco que los hechos no están claros del todo y mi diccionario puede ser muy follonero cuando se pone chulo, pero juzguen vds. mismos. Lean este titular y díganme que no tiene delito. No se quien es el culpable de todo, tan sospechosa es la periodista como los concejales de IU que también suelen ir sin bozal y pidiendo guerra, pero eso de transgenérica es un palabro muy peligroso y deberían guardarlo bajo llave.
He tardado mucho en comprenderlo y aún no lo tengo del todo claro. Al principio leí transgénica, y la noticia me pareció rara pero no sorprendente. No es normal que se detenga a una señora por ser transgénica, pero con tanto ecologista suelto es de esperar que ocurran tragedias... tuve que releer tres veces más el titular, la última con las gafs puestas, para entender el lamentable estado de mi pobre dicionario. El titular dice transgenérica y en el cuerpo del artículo se aclara que el palabro en cuestión hace referencia a una mujer transexual para que nos enteremos quienes no vemos los lunis ni milenio cuatro. Entonces lo vi claro, mi diccionario pasó por delante del kiosko, se encontró lo de la transgenericidad y se puso a ladrar. Ni él mismo ha sabido decirme lo que paso a continuación, tal fue la paliza, pero yo veo con toda claridad a la periodista moderna y los diputados de IU apaleando entre todos a la pobre bestezuela y gritando que la RAE es machista y la gravedad también. Encima me acabo de enterar de que las camisas a cuadros son fascistas. ¡Que país Crispania!
Pronto tendré que ponerle la inyección a mi pobre diccionario. Prefiero no saber cuando me la pondrán a mí.
3 comentarios:
Yo ayer lei "habeses" (del verbo habeser) en lugar de "a veces". ¿Soy rara o sólo a mí me pone de mal humor las faltas de ortografía?
Bueno, puede hablar del habesedario o de angel habeses o de octavio habeses. Alomojó.
Pero no eres la única que se enfada con las faltas, Locke se coge unos cabreos conmigo...
y luego está lo de escribir con ka...
jajaja me has matado d risa!
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