lunes, mayo 22, 2006

Internet resucita el mester de juglaría

El poema de Mío Cid, Las leyendas Arturicas, Caperucita Roja... Todas estas historias son invenciones colectivas. Esto fue muy común en tiempos anteriores a la imprenta. Las historias se contaban en hogueras de campamento o alrededor de una mesa y viajaban de boca en boca. Los juglares se copiaban unos a otros y luego el pueblo llano los copiaba a ellos cambiando detalles hasta llegar a versiones más o menos estables que gustaran a todos. La popularización de la palabra escrita hizo posible fijar las historias en papel con la firma de su autor y cambiar una sola coma se volvió complicado. El ocaso de la cultura popular no fue ninguna catástrofe, nos trajo obras más cultas, música clásica, grandes producciones y muchas otras cosas que antes habrían resultado imposibles. Las cosas no mejoraron ni empeoraron, simplemente cambiaron.

El siglo XX no ha dejado muchas muestras de cultura popular, solo unas pocas leyendas urbanas, los chistes y las bromas aquellas que circulaban por las oficinas al calor de las primeras fotocopiadoras. Esas mismas bromas que circulan ahora por mail. Las condiciones no fueron adecuadas y acabamos creyendo que "Cultura Popular" era vestirse con trajes típicos rediseñados por la Sección Femenina y cantar canciones de pastores edulcoradas y ensosecidas.

No deja de ser paradójico que el auge de internet haya resucitado la cultura popular. La tecnología te lo quita, la tecnología te lo vuelve a dar. Ahora vuelve a ser posible el intercambio de información que le dio sentido. Hay miles de historias circulando por internet y evolucionando como hacían los cuentos antiguos, la red está llena de música copyleft que cualquiera puede descargar, modificar y volver a subir. Los blogs nos han vuelto a traer las sátiras políticas, las tertulias de salón y quién sabe, igual Locke se anima y resucita los romances de ciego. Pero también se ha hecho posible que ese mismo tipo de colaboración produzca piezas tecnológicas como el navegador Firefox o el sistema operativo GNU/Linux. Ahora conviven el modelo "popular" y el "propietario" como antes lo hicieron los mesteres de juglaría y clerecía. Estoy convencido de que ambos pueden coexistir como magisterios separados pero entiendo que el cambio está siendo muy rápido para que todos lo asimilemos con tranquilidad. Entiendo que Ramoncín tenga miedo, en sus tiempos todo era distinto.

Demóstoles