Finlandia, Finlandia, Ra, Ra, Ra

Pues sí, ganó Finlandia (no me pegué el espectáculo, que estaba cenando en un japonés). Si lo de que los Lordi tuvieron que hacer una colecta entre los fans para pagarse la pirotecnia (porque la televisión finesa no les daba dinero), pues tiene aún más mérito todavía.
No es que me entusiasme el heavy-estilo-Gwar de estos tipos (yo tiro más por cosas como Rammstein), pero tienen huevos los fineses de enviar a semejantes (aparentemente) bestias a un concurso cuya tónica general es de una sosez inenarrable y que, por algún motivo que no alcanzo a comprender, sigue disfrutando de popularidad.

Lo curioso son las respuestas y la polémica: que si apología del satanismo, que si esto y que si lo otro. Que si los fundamentalistas cristianos griegos querían que los retiraran del concurso, etc, etc. Pues la verdad es que el espectáculo de Lordi tampoco es para tanto. Me hacen gracia como elemento aparentemente discordante dentro de una convención aburridísima (un poquito de terrorismo cultural siempre viene bien), pero vamos, una cosa simpática; y la verdad es que dan ganas de corear ese estribillo mientras uno toca la guitarra de aire o hace cuernos con los dedos agitándolos en el aire.

Pero pasando a cosas fuertes de verdad: a mí lo que me parece una aberración contranatura es el Rock Cristiano (un oximorón, en mi opinión), y lo que ya es anatema, reprobación y execración es el Industrial Cristiano (el recontraoximorón definitivo).

Locke