jueves, mayo 11, 2006

Biografía de una Becaria (parte III)

Nuestra simpática becaria nos regala con la cuarta parte de su apasionante biografía. Alcohol santos y toros se combinan de manera magistral en esta entrega


MI EXPERIENCIA RELIGIOSA: Parte III-La Virgen del Carmen y el vodka

Pues por increíble que parezca la Virgen del Carmen es también la patrona de mi pueblo. Todo el mundo conoce la gran afición segoviana a pasar días enteros pescando en alta mar…

En mi casa, el día de la patrona se celebra por todo lo alto porque mi abuela se llama Carmen, es también su cumpleaños, vivimos en la calle del Carmen y la verbena se celebra a la puerta de casa como quien dice… Sin embargo, para la juventud del pueblo las fiestas grandes son las de agosto, que son cinco días, montan la plaza de toros portátil…y se abren las peñas. Las Peñas son locales de reunión, que cuesta mucho conseguir, ya que nadie quiere tener al lado de su casa un antro de perversión. Nosotros llevamos desde el año 89 haciéndola en el corral de la casa del cura… Ya se sabe, contábamos en nuestras filas con el nieto del sacristán, y por aquel entonces el cura no vivía en el pueblo, así que no fue difícil conseguir establecer nuestro campamento base para las fiestas de agosto allí. Un verano decidimos abrir la peña el día del Carmen sólo para nosotros, así que compramos unas cuantas botellas para la noche de la verbena. El caso es que a las doce del mediodía, durante la procesión de la Virgen, las chicas nos enteramos de que la noche anterior los chicos habían “descorchado” sin decirnos nada y se habían corrido una juerga nocturna con las chicas de otra peña….<:p><:p>

Ese año estaba con muletas porque fue cuando me hice el alargamiento de fémur en Madrid (por eso ahora tengo las dos piernitas iguales y de longitud normal) así que no podía bailar la tradicional jota con mi abuelo a la puerta de casa, cuando pasase la Virgen. Convencí a un par de amigas para ir a la peña a beber durante el resto de procesión (que, como paran a la virgen en cada casa, dura más de dos horas…) y vengarnos de la vejación cometida por los nuestros. De la santísima borrachera que me pillé no pude ir a casa a comer y eso que había venido mi madrina desde Madrid para verme. Me estuvieron esperando sentados a la mesa hasta las seis de la tarde….

Un fin de semana del año siguiente fuimos al río de merienda. El río de mi pueblo está como a unos 4-5 kms y ninguno de los de la peña teníamos carné de conducir. Uno de los chicos cogió a su padre el 4 latas azul con el que iba a las tierras a cambiar el riego y el resto, fueron en las derbi variant que era el único ciclomotor que se vendía por la zona y que estaba de moda. Yo, evidentemente, iba en el coche. Como íbamos de makis total no podíamos ir por la carretera, así que fuimos por el camino. Para llegar al Prado del Amor (en serio que se llama así, ¿por qué será?) había que vadear el río, así que dejamos aparcados los vehículos al final del camino, bajamos el barranquillo y cruzamos el río. Era a principios de verano porque todavía corría el agua. La merienda se desencadenó con normalidad…nos comimos la mitad de la comida y nos bebimos hasta el agua empozonada del río…Yo particularmente me llevé una botella de dos litros de vodka con naranja y, como siempre me ha costado compartir, pues la tenía escondida detrás de un arbusto e iba y venía cada vez con más frecuencia…Al final terminé escondiendo la botella a medio metro de donde estaban los demás. Algunos les dio por reír y a otros por llorar… Una de las niñas de Madrid se disgustó toda por vernos en ese estado. Había un chico que siempre salía al campo con un machete del 15 y se emperró en abrir un lata de mejillones con el mismo…

Finalmente yo terminé sin sentido. Si eso pasa ahora, los amigos saben que lo que tienen que hacer es llevar al susodicho al centro de salud, pero ellos estaban un poco asustados y decidieron que lo mejor era llevarme a la casa de una amiga que no estaban los padres. Pero ¿Cómo iban a trasladar este cuerpo serrano hasta donde estaba el 4 latas? Lo intentaron de todas las maneras, en brazos, a la sillita la reina, con una de las motocicletas…no había manera. Al chico del coche se le ocurrió una idea y sin decir de qué se trataba pidió a tres de ellos que lo acompañaran a la peña a coger varias cosas…Así que volvió con el coche cargado con un butacón y dos palos largos…Así fue, me sentaron en el sillón, pasaron los palos por debajo y ¡arriba!. Eran diez muchachotes fuertotes pero les costó lo suyo bajar, vadear el río y subir hasta el coche. Uno de ellos soltó:”pero mira la cabrona ésta que ni siquiera se entera, si parece la Virgen del Carmen”. A lo que todos respondieron al unísono: “¡Viva!”

Esta historia ha transcendido a lo largo del tiempo y si van alguna vez a mi pueblo os puedo asegurar que os la puede contar cualquiera. Hasta mi abuela me dijo un día (como 10 años después). “Más vale que no bebieras tanto, que luego te pasa como en el río…”

Vespinoza publicando retazos de la vida segoviana descritos por la señorita De Profundis.