A raíz de la guerra de caricaturas y el bombazo de Leo Bassi, nos hemos puesto en contacto con alguién que puede arrojar luz sobre este asunto, nuestro corresponsal en el siglo XII Usama Ibn Munquidh, que nos describe la costumbre cristiana del Juicio de Dios, también llamada Ordalía. Adelante compañero, estámos en antena. ¿Como se ha desarrollado el juicio?
Habían instalado una enorme cuba llena de agua. Al sospechoso, lo ataron, lo colgaron por los omóplatos de una cuerda, y lo arrojaron a la cuba. Si era inocente, decían, se hundiría en el agua y lo sacarían tirando de la cuerda. Si era culpable, no conseguiría hundirse en el agua. El desdichado, cuando lo echaron a la cuba, se esforzó por llegar hasta el fondo pero no lo consiguió y hubo de someterse a los rigores de su ley. ¡Dios los maldiga! Le pusieron entonces por los ojos un punzón de plata al rojo y lo cegaron.
Usama Ibn Munquidh para "Mentiras, Malditas Mentiras y Estadísticas".
Nos cuenta Rackam-el-Ahmar, uno de nuestros muchos colaboradores ficticios que de haber conocido el principio de Arquímedes, el muchacho podía haberse hundido exhalando todo el aire posible y contrayendo los músculos, pero la cultura no está al alcance del pueblo llano en la Cristiandad del siglo XII sino custodiada por Ulemas tonsurados que mutilan la obra de los clásicos dejando solo aquellos trabajos que coinciden con sus planteamientos religiosos. De todas formas, los niveles de analfabetismo en la cristiandad del siglo doce rozan el cién por cién. La cristiandad, afirma, es incompatible con la civilización. Ante mi indignada respuesta de que la cristiandad ha conseguido establecer una floreciente civilización aquí, en el siglo veinte, con logros democráticos que el Islam nunca llegó a alcanzar, El-Ahmar me responde: "Eso no ha ocurrido en la cristiandad, ha ocurrido en Europa"
Demóstoles
P.D.: Debido a los problemas que tiene destacar corresponsales a épocas previas a la invención del código postal, la crónica de Usama se perdió, pero nos ha llegado copia via Amin Maalouf y se puede encontrar en su libro: "Las Cruzadas Vistas por Los Árabes".
P.P.D. Rogamos encarecidamente a los lectores que nos remitan cualquier material que les pueda llegar de Epicuro pues todas las crónicas que envió a esta redacción se han perdido salvo una carta que, para colmo, va dirigida a un tal Meneceo.
P.P.P.D: Querido Meneceo, si estás leyendo esto te informamos de que con solo enviar tus datos personales te haremos llegar la carta de tu maestro y una suscripción de cortesía a "Mentiras, Malditas Mentiras y Estadísticas"
2 comentarios:
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