martes, febrero 07, 2006

A vueltas con las caricaturas

Parece mentira la que se ha liado por unas caricaturas y es decepcionante la respuesta de la izquierda. La tibieza (Me ha salido una palabra de lo más opusera) con que se ha defendido la libertad de expresión resulta sonrojante. El Jyllands-Posten y la revista Magazinet no son precisamente el Washington Post, pero eso es lo de menos. No debemos recurrir al más burdo argumento Ad hominem para censurar a estas revistas por lo que han hecho. Yo soy el primero en disgustarse porque se pinte a mahoma con una bomba de turbante, es sugerir algo bastante mezquino: "Todos los musulmanes son terroristas" esto es una falsedad y seguro que no le hace maldita la gracia a mis amigos musulmanes, pero por repugnante que sea no podemos prohibirlo, ni mucho menos, pedir disculpas en su nombre. ¿Tengo que pedir disculpas por las gilipolleces que diga César Vidal? ¡Y una porra como una olla! También hay que tener en cuenta que muchas de las protestas no vienen por el significado de las viñetas, sino porque el simple hecho de que dibujar a Mahoma es, en si mismo, una afrenta. Me parece muy bién que ellos no lo hagan y nunca haría un dibujo así mientras estuviera invitado en un país musulmán, pero en mi casa hago lo que quiero dentro de los límites de la legalidad. Como dice mi amigo Amru "Your country, your rules".

En un país como este, donde sabemos la crispación que puede causar la presencia de medios reaccionarios, xenófobos e intolerantes dado que vivimos un baby boom de invertebrados trogloditas, somos más que conscientes de que la libertad de expresión puede ser perjudicial para la salud, pero es un vicio que no podemos/queremos dejar.